Cívica, Ceivica o Cíbica: tres formas de llamar a un lugar que sorprende necesariamente al viajero. No se trata de un lugar común. Entre las localidades de Masegoso de Tajuña y Brihuega, en la provincia de Guadalajara, la aldea abandonada de Cívica parece un lugar sacado de una película fantástica o de un libro de Tolkien.
A la izquierda de la carretera hay una impresionante cascada por el colorido que concede al paisaje que la envuelve, cuya existencia depende del agua que resbala y forma cortinas que alimentan a diversas especies de plantas.
El lugar parece irreal. Alguien trató de aprovechar la pintoresca simbiosis entre piedra, selva y arroyos para hacer un jardín vivienda donde la naturaleza había esculpido la base y al que se quisieron hacer algunos añadidos, ese alguien fue el sacerdote de Valderrebollo en los años sesenta del sigloXX.